princesita, mientras comía en un comedor tirado abajo e inmundo sobre la Av. Calchaqui en Belén, Catamarca, y la novela de la tarde retumbaba con un sonido agudo que molestaba la digestión, se me acerco un perrito, un pequeño macho de dogo, de unos 5 meses. tenía doble mirada, la combinación de un ojo azul con la de uno marrón. su cabeza estaba llena de pulgas, y parecía sufrir. despacio se las fui quitando, una por una, y las iba matando por que en el comedor estaba lleno de otros perros y no queria que esas hijas de puta andaran libres por ahí. el cachorro jamás volvio a esos colchones y durmio sobre mi pie . así se veían los colchones al mediodía.
no se que día era, pero estaba tirado en la terminal tomando una cocacola , con las gafas oscuras tapandome los ojos del bestial sol andino, y detrás de una columna vi a esta viejo mirando la planilla de horarios. nunca le vi la cara, ni me acerque, ni gire alrededor de él. solo vi cuando doblo a su izquierda y salio por la parte de atrás de la terminal como un fantasma.
me sentía bien solo y andaba descalzo por el quimivil río arriba. Princesita, el agua estaba demasiado fria, y llena de algas, pero no me importo, por que eso era unico.
Imagine una peregrinación de Incas buscando un sitio donde construir la nueva Ciudadela.
martes, 24 de febrero de 2009
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